martes, 5 de abril de 2016

¡GENIAL! A Benito Castellanos, “El reparador de bombillos”, le llueve el trabajo



NOTICIAS F.A.C.E.B.O.O.K (VENEZUELA)
¡GENIAL! A Benito Castellanos, “El reparador de bombillos”, le llueve el trabajo
Este hombre ha tenido la maravillosa idea de reparar algo que a nadie se le habría ocurrido, ¡los bombillos! Benito Castellanos se mete en las entrañas del invento del viejo Thomas Alba Edison y lo regresa a la brillante vida. Aquí el reportaje de NAD:
Cuando se es reportero de un medio de comunicación, de antemano se debe estar preparado y dispuesto para cubrir cualquier pauta asignada. “Ve y busca al que repara bombillos en Las Pulgas”, ordenó el jefe y el asombro se hace presente.
¿Quién podría creer que exista alguien que realice dicho oficio, por Dios? “Haz un reportaje sobre eso y que arregle estos dos”, mencionó mientras sacaba dos cajitas del comentado artefacto, de los ahorradores. La cosa era en serio; no estaba bromeando. De verdad hay alguien que repara bombillos. Increíble.
Una orden es una orden. Con mucha curiosidad, recorrimos Las Pulgas, en el centro de la ciudad de Maracaibo. “¿Quién es el que repara bombillos? ¿Dónde se encuentra? ¿Existe?”,
preguntábamos sin parar. Una señora muy amable se ofreció a llevarnos hasta el lugar, pues trabaja al frente del buscado.
El susodicho se encontraba en el Bloque 11. Cuando llegamos al sitio, parecía que un mago estuviese haciendo acto de presencia, que mostrase su mejor truco: una rueda de 7 personas miraban al incansable trabajador realizar tan meritoria hazaña. Usaba gafas. Muy concentrado en lo que hacía.

—¿Usted es el que repara bombillos?
—Sí, señor, ese mismo soy
—¿Y cuánto cobra por ello?
—Antes 50 bolívares; ahora, 100.
—O sea, ¿empezó hace poco a vivir de esto?
—Sí, sí. Ya tengo 2 años.

Pues sí, señores, efectivamente, hay un nuevo negocio en Las Pulgas. Seguramente más de uno de ustedes ni sabía que existía. Según cuenta el dueño, el joven quehacer debe tener –más o menos- la misma edad del popular “bachaqueo”. No es casualidad.
El Reparador de Bombillos, un señor de 51 años de edad, mientras usaba el voltímetro, su arma secreta a la hora del oficio, comentaba que él empezó desde hace 10 años a trabajar en cuestiones de electrónica. Inició estudios sobre la materia en el Paseo Ciencias y, por cuestiones de la vida, no acabó los mismos como habría querido.
—¿Y cómo terminó reparando bombillos?
—Yo arreglaba televisores, reparaba radios, Nintendos… Hasta que un día un señor me empezó a traer bombillos y, de repente, la gente dejó de buscarme para otro tipo de artefactos.
—¿Gasta demasiado para arreglarlos?
—Muy poco. Esto es sencillo. Reviso las placas, los circuitos…
—¿Repara muchos al día?
—¡Uff! No llevo la cuenta, pero hay unos cuantos. Míralos todos…
En ese momento, todos los presentes –al mismo tiempo- observamos la mesa de trabajo del señor y sus alrededores. El depósito de CORPOELEC debe ser parecido: habían bolsas llenas de ellos, algunos sueltos, pequeños, de tres tubos… “Aquí le traigo yo siete más”, exclamó un buhonero a la carrera para no dejar solo su sitio de trabajo.
La demanda de reparaciones ha crecido aún más en el último tiempo. Y es que los de menos recursos también lo agradecen: les evita tener que volver a usar velas, como hace 100 años.
Lea la entrevista completa: http://noticiaaldia.com/2016/03/que-genial-a-benito-castellanos-el-reparador-de-bombillos-le-llueve-el-trabajo/

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