lunes, 18 de abril de 2016

A 35 años de la partida de Joe Louis




A 35 años de la partida de Joe Louis
De Lester Jiménez | Contra las cuerdas
El auditorio del hotel Caesar’s Palace en Las Vegas, Nevada, le regaló su última ovación, pero su corazón enfermo y entristecido por los golpes del destino, no aguantó más homenajes. Horas más tarde, un parte de prensa del hospital Desert Springs de esa ciudad anunció que Joe Louis, el Bombardero de Detroit, había fallecido a consecuencia de un paro cardíaco.

La fecha: 12 de abril de 1981.
Considerado por muchos como el mejor púgil libra por libra de la historia, Joseph Louis Barrows había nacido para el boxeo, pero lo que no pudieron hacer la mayoría de los oponentes que enfrentó, lo hizo la vida y el sistema de Rentas Internas de los Estados Unidos: Darle una paliza económica y moral que a la postre, le arrebató todo lo que tenía.

Louis, séptimo hijo de una familia muy pobre algodonera de Lexington, Alabama, quedó huérfano a los cuatro años y seis años más tarde se muda junto a su familia a Detroit donde comenzó su idilio con el boxeo.

De la mano de Mike Jacobs -el promotor de boxeo más poderoso en la década del 30 y mediados de los años 40- Louis se convirtió en uno de los boxeadores más queridos, especialmente por los afroamericanos, que soñaban con volver a tener un campeón mundial de los pesos pesados, algo que no ocurría desde que el legendario Jack Johnson lo lograra por primera vez en 1908.

En 1936 sufre su primera derrota profesional frente al alemán Mex Schmeling. Sin embargo, ese revés sería crucial en su vida profesional y personal.

Su intención era lograr una revancha inmediata, pero en el camino surgió la oportunidad de enfrentar al campeón de entonces, James Braddock y Louis no desaprovechó la oportunidad.

El 24 de junio de 1937, Louis necesitó ocho asaltos para despachar el monarca de los pesados y amararse la correa en su cintura.

UNA CARRERA IMPRESIONANTE
A partir de ese momento, Louis se convirtió en una de las personalidades deportivas más importantes del momento y sin duda la figura grande del boxeo.

Su reinado como campeón se extendió por 12 años, algo que nadie ha logrado igualar. Durante ese periodo subió al cuadrilátero en 25 ocasiones para enfrentar a lo más granado del boxeo de ese momento, incluyendo la ansiada revancha ante Schmeling, el único boxeador que lo había derrotado en la esfera profesional.

La cita fue pautada para el 22 de junio de 1938 en el Yankee Stadium, en el mismo escenario donde habían protagonizado el primer encuentro.

Esta vez, sin embargo, la historia fue otra. Ante cerca de 72,000 personas reunidas, Louis se encargó de despachar temprano al alemán al derrotarlo en tres ocasiones y despacharlo en el mismo primer asalto.

Schmeling finalizó con dos costillas rotas y hemorragia interna a causa de la paliza que recibió en tan solo dos minutos y cuatro segundos que duró la pelea.

TIEMPOS DE GUERRA Y DEUDAS CON EL IRS
Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Louis sintió un compromiso por servir a su patria y su carrera sufrió una pausa. Se enlistó en el ejército y utilizó su fama para llevar carteleras de exhibición para deleitar a los soldados estadounidenses y sus aliados en distintas partes del mundo.

A su regreso, retomó su carrera hasta que en 1948, cuando anunció su intención de retirarse. Sería a lo grande, todavía como campeón mundial y gozando de gran fama. Pero el Sistema de Rentas Internas de los Estados unidos le propinó el primer gancho al hígado al obligarlo a que continuara activo para que pagara un millón de dólares que supuestamente le debía al estado.

Nunca debió regresar.
En 1950 falla en su intento por recobrar el título vacante que antes poseía y cayó derrotado frente a Azzard Charles. Un año más tarde, es derrotado por un joven Rocky Marciano, en lo que sería su último combate.

Pero aún tenía un problema. Había que pagar al fisco lo que se debía. Todas sus pertenencias fueron confiscadas y quedó en la ruina. Louis intentó ganar algo de dinero realizando presentaciones especiales y hasta probó suerte en la lucha libre, pero Hacienda confiscaba hasta la boletería donde se presentaba, lo que obligó a los promotores a no darle más trabajo y quedó en la ruina.



Joe LouisJoe Louis

Con la ayuda de amigos, consiguió trabajo en un casino de Las Vegas en el área de relaciones públicas y como “personality” de la hospedería. En el proceso, sufrió de varias condiciones médicas e incluso fue ingresado en una clínica psiquiátrica.

En 1977 fue intervenido quirúrgicamente del corazón y como consecuencia de la operación quedó postrado en una silla de ruedas y prácticamente mudo.

Ahí, como juguete roto y agobiado por el fisco, Joe Louis recibió su último aplauso -más por nostalgia que por admiración- antes del inicio del combate de campeonato mundial entre Larry Holmes y Trevor Berbick.

Horas más tarde, se cansó de pelear contra la vida.

Su ex oponente, Mark Schmeling, aquel con quien sufrió su primera derrota como profesional y a quien luego le rompió dos costillas en la revancha, costeó los gastos de su enfermedad y su entierro.

Con su último suspiro el Bombardero de Detroit se despidió de este plano hace exactamente 35 años, poniéndole punto final a una vida exitosa dentro del ring, pero muy sufrida fuera del ensogado.

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