Que nadie se engañe,
Kobe no es un ejemplo a seguir
De Zalen Gades |
Desde la redacción –
Los Angeles Lakers' Kobe Bryant poses for pictures
with his wife Vanessa, left, and daughters Natalia, second from right, and
Gianna as they stand on the court after an NBA basketball game against the Utah
Jazz, Wednesday, April 13, 2016, in Los Angeles. Bryant has said that he would
retire after the game. (AP Photo/Mark J. Terrill)Los Angeles Lakers' Kobe
Bryant poses for pictures with his wife Vanessa, left, and daughters Natalia,
second from …
El ser testigo de la
despedida de Kobe Bryant me dejó con sentimientos encontrados. Endiosado allá
donde fue y elevado al Olimpo de los dioses del básquetbol, en los últimos
meses el cinco veces campeón de la NBA recibió todo el calor de la afición. El
colofón llegó en su último juego, donde se dio un auténtico baño de masas, un
adiós que no olvidará jamás.
Tras los solemnes
discursos, la infinidad de abrazos y el flujo de emociones llegó un momento
cuanto menos extraño. Kobe agarró el micrófono al finalizar el partido ante
Utah Jazz en el que anotó 60 puntos, agradeció el apoyo a los fans y luego se
dirigió a su mujer y sus hijas. Les dio las gracias varias veces y todo el
mundo aplaudió.
La cámara mostró la
imagen de las tres mujeres de su vida. Las dos pequeñas sonreían orgullosas
mientras que la cara de su esposa no era tan divertida. Escuchó su discurso
seria y no mostró ningún signo de compenetración con él en momento alguno.
Resultó curioso comprobar cómo mientras todo el mudo idolatraba al héroe, había
una parte de mí que le admiraba y otra que rechazaba absolutamente todo lo que
tuviera que ver con sus homenajes.
Observar la cara de
su esposa me trajo recuerdos del incidente en el que Kobe fue acusado de abusar
sexualmente de la trabajadora de un hotel en Colorado. Se recuperaba de una
lesión y con 24 años de edad tuvo que enfrentarse a una situación de lo más
incómoda. Admitió haber tenido relaciones sexuales consentidas con ella
mientras que la joven de 19 años de edad afirmó que fue obligada a ello. Los
cargos fueron retirados un año más tarde y ambas partes llegaron a un acuerdo
del que se sabe poco. El jugador de los Lakers compareció ante los medios para
pedir disculpas públicas acompañado de su mujer. La cara que mostró en su
despedida me hizo retroceder en el tiempo y me desplacé a su gesto en aquella
rueda de prensa interminable.
Kobe Bryant (right) and wife Vanessa speak publicly
about the felony sexual assault charges at Staples Center press conference.
(Photo by Kirby Lee/WireImage)Kobe Bryant (right) and wife Vanessa speak
publicly about the felony sexual assault charges at Staples Center press …
El incidente de
Colorado provocó un aborto a la mujer de Kobe y él reconoció más tarde en su
documental ‘Muse’ que tras el suceso se dio cuenta de que su prioridad era la
familia.
¿Hasta dónde abarca
el término familia para Kobe? Su cercanía con la de su esposa nada tiene que
ver con la distancia a años luz en la que se encuentra la que tiene con sus
propios padres. La relación de Kobe con sus progenitores es nula. En 2013 tuvo
que utilizar la vía legal para recuperar los recuerdos de su que sus padres
querían vender. Desde entonces no hay contacto entre ellos y por supuesto no
acudieron a la despedida de su hijo, no fueron parte del homenaje de la persona
a la que criaron.
Se habla con razón
de todos los valores que aúna Kobe, que son muchos. Pero faltan tres que tiran
por tierra todo lo demás: la lealtad (y no con un equipo de básquetbol
precisamente), el abuso de poder (por un caso de violación que nunca quedó
claro y que se solventó a base de talonario) y la incapacidad para saber
perdonar a sus progenitores. Estas carencias manchan el resto de sus virtudes.
Es una pena que
gente anónima ejemplar y con una capacidad de superación que las que tiene Kobe
pase desapercibida mientras nos dedicamos a poner en un pedestal a un
jugadorazo con mayúsculas que fuera de la pista ha dejado mucho que
desear.
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