El whisky también
siente la crisis de Venezuela
La escasez de divisas obliga a cambiar los hábitos
y el ron local recupera protagonismo en el mercado
Emen.- Los vendedores de whisky aseguran que hay
una relación directa entre las ventas de este licor y el crecimiento económico.
De ser así, el futuro de Venezuela no es muy prometedor, reseña el diario Wall
Street Journal.
Otrora el principal mercado de whisky de América
Latina y uno de los seis mayores del mundo, Venezuela experimentó una caída de
30% en las ventas de este licor el año pasado, y se prevé que la tendencia
continúe, según ejecutivos del sector. El país dejó de ser uno de los 10
mayores consumidores del mundo luego de que la alta inflación volviera
prohibitivos los precios del licor predilecto de los venezolanos. Mientras
tanto, los controles estatales sobre el dólar han atado las manos de los
importadores, que no pueden pagar las marcas más conocidas traídas desde
Escocia e Irlanda.
Eso, sin embargo, no quiere decir que la gente beba
menos alcohol. La economía, que según las previsiones de los analistas de Wall
Street se encamina a entrar en recesión este año, está obligando a los
consumidores a optar por un licor más barato: el ron local y Venezuela produce
algunos de los mejores del mundo.
"El ron era lo que tomabas en la universidad
antes de que tus gustos se refinaran y te cambiaras al whisky", cuenta
Oscar Pachano, director de marketing del conglomerado internacional Diageo
DGE.LN +0.55% PLC en Venezuela. "Pero ahora vemos que cuando la gente
llega a los 30 y 35 años, quiere seguir con lo que ya conoce".
Diageo lanzó hace poco una nueva línea de rones,
llamada Leyenda, que salió de su marca de ron Cacique con el objetivo de captar
a los consumidores en transición.
Las ventas de ron crecieron 25%, según la empresa
londinense International Wine and Spirit Research, o IWSR, y se espera que
sigan aumentando este año.
"Hay un grupo de personas que está pasando de
whisky a rones de alta calidad, para no comprometer su estatus social",
dice Jordi Gols, un jubilado de 67 años que vive en un barrio adinerado de
Caracas pero tuvo que empezar a beber un licor de menor costo.
Una noche reciente, Gols se sentó en su penthouse
venido a menos, recordando como hace unos años se acababa una botella entera de
su amado Johnnie Walker etiqueta negra (o sello negro) casi todas las noches.
Ese "vicio", como lo denomina, se volvió prohibitivo.
Una botella etiqueta negra de 750 mililitros es
siete veces más cara que hace dos años. Diageo, su fabricante, tiene que cubrir
una inflación anual de más de 60% y un rápido debilitamiento del bolívar en el
mercado negro. El mes pasado, el precio aumentó 30% para llegar a los $400 al
tipo de cambio oficial, equivalente a dos semanas de salario mínimo.
El gobierno del presidente izquierdista Nicolás
Maduro, que según las encuestas ha perdido popularidad a medida que lucha
contra una escasez que afecta desde el aceite de cocinas y los repuestos de
autos hasta los medicamentos contra el cáncer, limita el acceso a moneda dura a
los sectores económicos que no son considerados prioritarios.
El licor, no solamente el whisky, no se considera
una prioridad.
La Asociación de Whisky Escocés, un organismo con
sede en Edimburgo, dice que el valor de las exportaciones a Venezuela descendió
34% a US$113 millones en 2013 frente al año anterior.
"Todas las empresas tienen problemas con la
falta de dólares", afirma Sophia Holliday, analista de IWSR. "De
manera que tienen que reducir lo que pueden ofrecer y concentrarse en ciertas
marcas".
Dos de los whiskys de mayor venta de Diageo en
Venezuela, Old Parr y Buchanan's 12 Años, tienen un inventario peligrosamente
bajo, reconocen ejecutivos de la compañía. En tanto, el grupo francés Pernod
Ricard SA RI.FR +0.08% ha disminuido sus ofertas a apenas cuatro marcas,
incluyendo Chivas Regal, frente a las 14 marcas de licores que tiene
disponibles en otros países.
La pasión de los venezolanos por el whisky siempre
ha sido una paradoja en un país donde el gobierno a menudo despotrica contra
los lujos burgueses. El predecesor de Maduro, el fallecido Hugo Chávez, colocó
al whisky en una lista de excesos que sus compatriotas deberían dejar y criticó
duramente a los ejecutivos de la petrolera estatal, Pdvsa, a quienes acusó de
vivir en chalets de lujo donde realizaban orgías mientras tomaban whisky.
El consumo de este licor se convirtió en una señal
de estilo durante el auge petrolero de hace más de medio siglo, cuando las
clases más altas adoptaron los hábitos y comodidades de los ejecutivos
estadounidenses y británicos de la industria petrolera.
En los restaurantes de parrilladas más cotizados
del país y en tascas de estilo español, el whisky se sirve a la venezolana:
lleno hasta el tope en un vaso con hielo. No hay que olvidar la servilleta
alrededor del vaso para que la mano del bebedor permanezca seca. Durante las
bodas, vuelan las cajas de Buchanan's y Chivas. No incluir al menos una botella
de whisky en una mesa puede ser considerado un insulto.
Así que cuando el pequeño empresario Lorenzo Díaz
empezó los preparativos para su matrimonio, compró el whisky con un año de
antelación: 54 botellas para una fiesta con 260 invitados.
Ante las dificultades para encontrar whisky, Diageo
apuesta a rones como Leyenda para llenar el vacío. La mezcla de 70 rones
añejados de dos a 12 años cuesta alrededor de $160 a la tasa de cambio oficial y
menos de $13 en el mercado negro.
"La cultura del licor está cambiando",
dice Jaime da Silva, que administra una mayorista de licores para los mejores
restaurantes y clubes nocturnos de Caracas y ha sufrido una caída de 50% en sus
ventas de whisky y un alza en las de ron.
Gols concuerda. "Así como con cualquier
población alcohólica, hay que adaptarse".
Leer más en:
http://www.elmundo.com.ve/noticias/negocios/consumo/el-whisky-tambien-siente-la-crisis-de-venezuela.aspx#ixzz45fEcJEQj
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