El príncipe africano
que convirtió su país en una república por amor a una mujer blanca
Cuaderno de Historias de Alfred López28 de
septiembre de 2016
La República de Botsuana, país que se encuentra
situado geográficamente justo por encima de Sudáfrica, es la única nación de
todo el continente que no ha padecido ningún golpe de Estado, revolución o
conflicto bélico alguno en el último siglo, considerándose el más estable de la
región. Durante ochenta años (desde 1885) formó parte del Reino Unido siendo
uno de los protectorados que los británicos tuvieron por allí y que fue llamado
Bechuanalandia hasta 1965, año en el que se realizaron las primeras elecciones
democráticas que llevarían al país hacia la independencia. A lo largo de todo
ese tiempo convivieron en paz y armonía tanto los británicos como los batsuana
(principal grupo étnico de la región).
Esa independencia y estabilidad del país se
consiguió gracias al hombre que ganó las primeras elecciones y lo gobernó como
presidente entre 1966 y 1980: Seretse Khama.
Seretse Khama no era un político al uso, sino que
en realidad descendía de una de las más importantes familias batsuana y había
sido (antes de renunciar al trono) el príncipe heredero de la tribu, estando
destinado a reinar algún día aquel país.
La renuncia al trono nada tuvo que ver por
cuestiones políticas, sino debido a un auténtico flechazo que sintió por una
joven llamada Ruth Williams y de la que Seretse se enamoró perdidamente en
1947, durante su estancia en el Reino Unido cuando estudiaba la carrera de
derecho en la Universidad de Oxford.
La de Ruth y Seretse fue una historia de amor que
parecía estar sacada de una película: heredero al trono de un país africano que
viaja a Londres para continuar su formación académica, asiste a una fiesta
donde le presentan una muchacha blanca, perteneciente a una familia de clase
media, surgiendo un repentino amor entre ambos, a pesar de contar con la oposición
de sus respectivas familias.
Era 1947 y la segregación racial existía en todos
lados, tanto en el país de origen del joven africano como en el Reino Unido. No
se veía con buenos ojos que un hombre de piel negra se casara con una mujer
blanca, por muy príncipe que él fuera.
Por una parte estaba la presión ejercida desde la
entonces llamada Bechuanalandia, pero ya no solo del propio país sino desde la
nación colindante: Sudáfrica. En pleno inicio del apartheid sudafricano, las
autoridades de este país no querían que sirviera como ejemplo la relación
interracial del heredero de los batsuana y presionaron para que el regente
Tshekedi Khama tomase cartas en el asunto.
Tshekedi Khama era el tío de Seretse y hermano del
padre de éste, quien había fallecido un par de décadas antes siendo rey pero no
había sido sucedido por su hijo al ser todavía pequeño y hasta que no acabase
toda la formación académica que se le había programado. La casualidad hizo que
justo en el momento de terminar los estudios conociera a Ruth y decidiera
formalizar el noviazgo con ella.
Recibió todo tipo de presiones y al final optó por
hacer oídos sordos y contraer matrimonio con su enamorada en 1948.
Debido a la presión que padecían en el Reino Unido,
donde tampoco se veía con buenos ojos su unión interracial, Seretse y Ruth
decidieron irse a vivir a Bechuanalandia. Pero la vida allí tampoco fue fácil.
El gobierno británico del protectorado se dejó presionar por el sudafricano y
ordenó el exilio de la pareja en 1951, quienes volvieron a Londres y donde
residieron a lo largo de cinco años.
En 1956 el gobierno británico levantó el castigo de
exilio y Seretse y Ruth pudieron regresar a vivir en Bechuanalandia. Eso sí, lo
hacían como personas civiles y bajo el acuerdo de no tener ningún tipo de
privilegio y sin vínculo alguno con la monárquica familia de él, ya que fue
obligado a renunciar al trono.
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