El afable Obama y un gesto de Castro llenan de
simbolismo nueva era Cuba-EEUU
De Hector Velasco | AFP (AFP | Daphné Lemelin, Ana Ines Cibils)
¿Barack Obama y su irreductible sonrisa vencieron?
el gesto del recio Raúl Castro levantando el brazo del presidente de Estados
Unidos al cierre de una rueda de prensa, como en un final de boxeo, se
convertirá en símbolo de una nueva diplomacia.
Obama se reunió con Raúl Castro en La Habana
durante más de dos horas y al término de su histórico encuentro leyeron
declaraciones que delinearon la nueva relación bilateral, tras más de medio
siglo de disputas.
Pero faltaba lo extraordinario. Obama (54) y Castro
se quedaron detrás de sus atriles para responder a la prensa preguntas
incómodas, casi una costumbre del primero, algo prácticamente inusual en el
líder cubano de 84 años.
Ya había un precedente con Obama, quien dio una
rueda prensa conjunta con el presidente chino Xi Jinping durante la visita del
estadounidense a Pekín.
Castro fue interrogado por un periodista sobre los
presos políticos. Visiblemente agitado, el presidente desmintió en tono
desafiante que Cuba tenga ese tipo de detenidos.
"Dame la lista ahora mismo de los presos
políticos para soltarlos, menciónala ahora", espetó el presidente.
"No es correcto preguntarnos por presos políticos", insistió más
adelante.
El domingo, poco antes del aterrizaje de Obama,
decenas de opositores que protestaban contra el gobierno comunista fueron
detenidos por varias horas.
Siempre sonriente, Obama justificó con mesura su
decisión de seguir adelante en la nueva relación con Cuba y tratar las
diferencias que mantienen en materia de derechos humanos.
Una situación similar a la que según mencionó
enfrenta Estados Unidos con países como China. Un Castro más distendido pareció
coincidir con la posición de Obama.
Al final de la conferencia, Obama se acercó para
estrechar la mano de Castro pero éste lo sorprendió al levantarle el brazo
izquierdo de cara a la prensa como si se tratara del final de una pelea de
boxeo.
Obama, sin embargo, dejó caer suavemente su muñeca.
"Creo que el gesto de levantar el brazo de
Obama demostró que Raúl no estaba seguro de cómo cerrar un evento que había
sido profundamente incómodo para él; tal vez se dio cuenta de que Obama había
causado un impacto favorable", dijo a la AFP Paul Webster, exembajador
británico en Cuba y profesor en Relaciones Internacionales de la Universidad de
Boston.
- Gestos para la historia -
En una visita de trascendencia histórica como la
que realiza Obama a uno de los últimos bastiones del comunismo, los gestos van
de la mano de los discursos.
Y el que tuvo el gobierno de Raúl Castro con Obama
a su llegada a La Habana distó mucho del de este lunes en la conferencia de
prensa.
A su descenso del avión presidencial el domingo, el
mandatario de Estados Unidos fue recibido por el canciller Bruno Rodríguez.
Raúl Castro no apareció.
Nada inusual si no fuera porque el mandatario de
Cuba ha recibido en ese mismo aeropuerto al papa Francisco, el discreto
mediador del restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, o en
su momento al fallecido Hugo Chávez o al propio Evo Morales, presidente de
Bolivia.
"Wow. El presidente Obama acaba de aterrizar
en Cuba, un hecho importante, y Raúl Castro ni siquiera estaba ahí para darle
la bienvenida. Él recibió al papa y a otros. No hay respeto", lanzó en
Twitter el magnate y aspirante republicano a la presidencia Donald Trump.
A los cubanos, que días antes habían derrochado
simpatía en las calles por Obama, también les llamó la atención que Castro no
aprovechara el inicio de la primera visita de un presidente de Estados Unidos a
la isla en 88 años, para enviar una señal contundente de los nuevos tiempos.
"Desde el punto de vista de Cuba, la visita
representa un riesgo" dijo Richard Feinberg, de la Brookings
Institution.El experto evocó así la poco feliz comparación entre un dirigente
blanco "envejecido" y un presidente negro "lleno de
energía", 30 años más joven.Aun cuando, según el exdiplomático británico,
Castro quiso mostrar al inicio que "no sería intimidado por la llegada de
un presidente de Estados Unidos".Pero después de lo ocurrido en esta
visita, las relaciones entre Cuba y Estados Unidos difícilmente volverán a
interpretarse como antes.
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