miércoles, 28 de diciembre de 2016

2016, el año que la NBA se volvió anormal






 2016, el año que la NBA se volvió anormal
De Zalen Gades | Yahoo Deportes – jue, 15 dic 2016 9:05 p.m. EST
Cuando comenzó la temporada 2015-16 con Golden State Warriors como defensores del campeonato, su juego había alcanzado el clímax de un automatismo. Jugaban de memoria y sus movimientos ya eran fruto de un instinto perfeccionado con los años. Ni siquiera la baja del coach, Steve Kerr, quien se operó de la espalda y no dirigió a los suyos durante 43 partidos sirvió para romper la armonía de unos Warriors más que enchufados. Fue tal su excelencia que el ahora entrenador de Los Ángeles Lakers, Luke Walton, vivió el mejor comienzo de la historia de la NBA con un balance de 24-0. No se lo creía.

Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green estuvieron espectaculares durante la campaña y el equilibrio de un equipo de ensueño se tradujo no sólo en buen juego y efectividad, sino en récords individuales y colectivos. Los 402 triples totales de Curry fueron el mayor número de la historia de la liga, y de ahí al balance de 73-9 final con el que los californianos batieron el récord que el propio Kerr vivió como jugador de los Chicago Bulls de la temporada 1995-96. Fue un camino arduo pero certero hasta el momento en que esos logros quedaron reducidos a cenizas.

La culpa de ello la tuvieron Cleveland Cavaliers y LeBron James. Estos ardieron en la reedición de las Finales de 2015, que supuso una oportunidad para que la franquicia de Ohio se sacara la espina de quedar segundos el año anterior y la de la derrota en las Finales de 2007 ante San Antonio Spurs (4-0). Era el momento de romper con una sequía de 52 años sin títulos en todas las disciplinas de Cleveland, y lo consiguieron. Al final lo único que consiguieron los Warriors fue el MVP de Curry y un repaso de los Cavs en las Finales después de convertirse en el primer equipo de la historia en remontar un 3-1 en contra en la final.

El año fue bizarro para el conjunto de James. A pesar de que Cleveland tenía el mejor récord de la Conferencia Este, David Blatt fue destituido el 22 de enero y Tyronn Lue entró en su lugar. Fue su primera experiencia como coach después de ser el asistente mejor pagado de la liga y sus credenciales fueron un campeonato con los Lakers en 11 temporadas en la NBA y haber pupilo de coaches como Phil Jackson, los hermanos Van Gundy o Doc Rivers. Su entendimiento con LeBron, la capacidad para llevar a cabo una transición suave y el buen ambiente que imperó en el vestuario fueron aspectos que acreditan gran parte del éxito de un Lue que rompió todos los pronósticos.

En la sombra de los dos equipos finalistas hubo otros dos que no lograron el reconocimiento que ansiaban. Por un lado, los Spurs completaron la mejor temporada de su historia justo el año en que Tim Duncan diría adiós tras 19 temporadas en la NBA con un balance de 67-15 que quedó eclipsado por el gran año de los Warriors. En las semifinales de la Conferencia Oeste fueron superados por el último resquicio de unos hambrientos Oklahoma City Thunder. Nadie sabía en ese momento que el dúo formado por Russell Westbrook y Kevin Durant acabaría separándose para siempre después de que el alero desestabilizó el tablero de la liga. El comisionado, Adam Silver, permitió -como debe ser- que Durant formara parte del superequipo de los Warriors el año en que se cumplieron cinco temporadas desde que su predecesor en el cargo, David Stern, no permitiera que Chris Paul formara parte de la plantilla de los Lakers. Pero esa es otra historia.

El equipo revelación, Toronto Raptors, completaron la mejor temporada de su franquicia de la mano de los All Star, DeMar DeRozan y Kyle Lowry. Precisamente fueron superados por los Cavaliers en la final de la Conferencia Este.

Entre los jugadores con más potencial vimos cómo Anthony Davis seguía empeñado en despuntar, aunque sus New Orleans Pelicans fueron incapaces de clasificar a playoffs como hicieron en la temporada 2014-15, cuando fueron vapuleados (4-0) en primera ronda por los Warriors. También vimos a James Harden pasar por encima de sus diferencias con Dwight Howard para ser genial en ataque y nefasto en defensa. El pívot acabó marchándose en la agencia libre y por ahora no parece que le esté echando mucho de menos. El ganador de la irresponsabilidad del año fue Blake Griffin, que después de estar lesionado y perderse varios partidos propinó un puñetazo al utillero del equipo para partirse la mano y añadir varias semanas más a su baja. Aquello le costó la temporada a su equipo y a él los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

En 2016, Kobe Bryant nos dijo adiós después de 20 años y un último partido en el que anotó 60 puntos, una cifra que se coloca en la quinta plaza de su ranking de máximas anotaciones en un partido después de los 81 a los Raptors en 2006, de los 65 a Portland Blazers en 2007, de los 62 a Dallas Mavericks en 2005 y los 61 a los New York Knicks es 2009. Otros jugadores que se retiraron este año fueron Amar’e Stoudemire y Kevin Garnett.
 
Vimos a los Lakers completar la peor temporada de su historia, a los aficionados de los Knicks criticar con abucheos la elección en el cuarto puesto del draft a su nueva estrella, Kristaps Porzingis, a los Philadelphia 76ers hundirse más en el abismo y a Minnesota Timberwolves no arrancar con los mejores jugadores jóvenes de los últimos tiempos en su plantilla.

Se acaba el año con los jugadores más contentos que nunca gracias a que sus cuentas corrientes están más protegidas tras el convenio colectivo firmado en diciembre y el contrato billonario con las televisiones. Siempre es bueno que la amenaza de un ‘lockout’ en 2017 se desvanezca porque una temporada reducida no quedaría bien para el resumen del año que entra. Será difícil que las anormalidades de 2016 sean superadas en 2017.


No hay comentarios:

Publicar un comentario