De Por Diego Oré | Reuters –
CARACAS (Reuters) - Asfixiados por la falta de
insumos, los dos mayores fabricantes de cerveza en Venezuela, Polar y Regional,
reclamaron públicamente el año pasado al Gobierno por el retraso en la
asignación de dólares, indispensables para importar lúpulo, cebada y hojalata.
El comunicado, emitido por la Cámara de Fabricantes
de Cervezas (Caveface), integrada únicamente por ambas firmas, crispó los
ánimos del Gobierno socialista de Nicolás Maduro, según fuentes de la
industria.
Semanas más tarde, tras varias reuniones discretas
con ejecutivos de Regional, representantes del Gobierno acordaron vender a la
firma de la familia Cisneros -la más rica de Venezuela- las divisas para
importar materia prima, ampliar una de sus plantas y cancelar parte de su deuda
con proveedores internacionales, según fuentes conocedoras de las
negociaciones.
Pero Polar, su mayor competidor, dijo que, en el
marco del férreo control cambiario, dejó de recibir dólares preferenciales
desde fines del año pasado y las inspecciones a sus plantas, detenciones de
gerentes y amenazas de expropiación se multiplicaron: la guerra de las cervezas
había comenzado.
"Estamos sujetos a un tema de discriminación
que es público y notorio: hemos pedido (divisas) incontables veces en el año,
todos los días, y no nos han asignado nada, ni una vez", se quejó Marisa
Guinand, directora general de Cervecería Polar, una empresa que ha denunciado
la política económica del Gobierno.
"Seguiremos insistiendo hasta que nos sean
asignadas las divisas como se les asigna al competidor (Regional) y a muchas
otras empresas del mercado", agregó la ejecutiva en el edificio de la
compañía en una zona industrial de Caracas, que está repleto de carteles que
dicen "Sin cebada no podemos producir".
Reuters no pudo comprobar las denuncias de Polar,
que, a pesar de todo, controla cerca del 80 por ciento del mercado -el segundo
más grande de Sudamérica-, ya que el Gobierno no respondió a solicitudes de
comentarios.
Regional niega el supuesto favoritismo, aunque el
imperio de Cisneros y el "chavismo" han tenido acercamientos en el
pasado.
Por ejemplo, a mediados del 2004, en plena campaña
para revocar a Hugo Chávez, el multimillonario Gustavo Cisneros -tío de Andrés
Cisneros, actual presidente de Regional- se reunió con el fallecido mandatario
en una base militar de Caracas, bajo el auspicio del ex presidente
estadounidense Jimmy Carter.
Pese a que Cisneros dijo que no había pactado con
Chávez, su canal de televisión, Venevisión, cesó sus críticas al Gobierno y su
principal rival, RCTV, fue sacada del aire, convirtiendo a la emisora del
magnate en la mayor del país.
"ACOSO Y DISCRIMINACIÓN"
A principios del 2003, Chávez implantó el control
cambiario en Venezuela, obligando a las empresas a acudir al Estado para
adquirir dólares necesarios para importar bienes o materia prima que no se
producen en casa.
Pero la crisis, agudizada tras el desplome de los
precios internacionales del petróleo, está secando las arcas del país con las
mayores reservas de crudo del mundo. Por eso, cada vez otorga menos divisas: en
lo que va del año apenas se vendieron 18 millones de dólares diarios, un 63 por
ciento menos que en el 2015, según cálculos de la firma privada Ecoanalítica.
El administrador estatal de las divisas, Cencoex,
no ha publicado sus estadísticas desde el 2012, ni respondió a preguntas de
Reuters para este reportaje.
A pesar de la falta de dólares, que ha afectado a
otros rubros como alimentos y medicinas, días después del comunicado conjunto
de las cerveceras, Regional bajó el tono al aceptar que tenía "suficiente
materia prima e insumos para el pleno abastecimiento de sus productos".
Para Polar, esas declaraciones fueron la gota que
rebosó el vaso y las empresas, que antes se habían prestado insumos vitales
para elaborar cerveza, se enemistaron.
"Para el tamaño y las necesidades que tenemos,
hemos tenido un acceso (a dólares) medianamente regular", confesó Carolina
Requena, gerente de marketing de Cervecería Regional.
"Desde febrero hemos recibido (divisas) para
funcionar. Hemos pedido cuatro veces y nos han dado cuatro veces, aunque menos
de lo que hemos pedido", agregó la ejecutiva de 45 años en las oficinas de
la firma en Caracas.
Otras cervecerías más pequeñas dijeron a Reuters
que también han recibido puntualmente las asignaciones de divisas estatales
para importar materia prima, a pesar de que, juntas, producen menos del 1 por
ciento de la cerveza del país.
Para Polar, la exclusión salta a la vista, por lo
que acudió en agosto a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para
denunciar al Gobierno por "acoso y discriminación".
La firma denunció constantes conflictos laborales
con sindicatos cercanos al Gobierno. Además, asegura haber sido objeto de casi
800 inspecciones del Ministerio del Trabajo este año y que militares apresaron
brevemente a una decena de sus gerentes de plantas y agencias de distribución
acusándolos de negarse a reponer a trabajadores suspendidos.
En abril, incapaz de producir por la escasez de
materia prima, Polar se vio obligada a parar sus cuatro plantas, dejando a
Regional a sus anchas.
Hoy, a pesar de haber obtenido un préstamo del
banco español BBVA por 35 millones de dólares para adquirir materia prima
importada, sólo ha podido reactivar la mitad de sus fábricas en un alicaído
mercado golpeado por la grave crisis económica.
En esas condiciones, trabajando al 40 por ciento de
su capacidad instalada, Polar contará con materia prima hasta enero del 2017.
Más allá de esa fecha, el futuro luce sombrío, aunque ellos no pierden el
optimismo: "estamos seguros que algún día nos las darán (las
divisas)", dijo Guinand.
GOLPE AL BOLSILLO
Maduro suele señalar al jerarca de Polar, el multimillonario
Lorenzo Mendoza, como uno de los principales responsables de la crisis
económica y de desabastecimiento que afecta al país.
"Si no puedes con tus empresas, entrégaselas
al pueblo que el pueblo sí puede. Bandido, ladrón, oligarca, traidor", le
dijo Maduro meses atrás al ingeniero educado en Estados Unidos ante una
multitud que pedía "que lo expropien, que lo expropien".
Pese a todo, la expropiación no pareciera estar en
los planes que se estudian desde el palacio presidencial de Miraflores, según
fuentes de la industria cervecera.
En Venezuela se toma más cerveza que leche: con 89
litros per cápita al año, el país petrolero es el mayor consumidor de
Latinoamérica, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La bebida es un negocio tan rentable que incluso en
plena crisis económica, Cervecería Polar subsidia a las otras firmas de
Empresas Polar, el conglomerado privado más grande del país que también produce
Pepsi, Gatorade y el maíz para las populares arepas.
Incapaz de producir a toda su capacidad, Polar ha
cedido terreno ante Regional que, con sólo el 15 por ciento del mercado, ha
logrado que sus cuatro tipos de cerveza sean los que más fácilmente se
encuentren, según pudo comprobar Reuters en un recorrido por licorerías,
supermercados y tabernas de Caracas.
"Parece haber una intención clara de que Polar
quiebre", dijo un ejecutivo de Empresas Polar que solicitó el anonimato,
pues no está autorizado a hablar del tema. "Parece que hay una decisión de
estrangular con las divisas. El negocio cervecero es un buen negocio, es el que
más dinero gana. (Por lo tanto) es una buena forma de estrangular a toda la
corporación".
Según fuentes de la industria, la estrategia
diseñada desde Miraflores no incluiría sólo el cerco con divisas.
Parte del acuerdo al que habría llegado el Gobierno
de Maduro fue entregarle a Regional el contrato de auspicio de los equipos de
béisbol Tigres de Aragua y Tiburones de La Guaira, ambos manejados por cercanos
aliados del chavismo.
Es así que para la temporada 2015-2016 Regional
pasó de auspiciar uno a tres de los ocho equipos de béisbol venezolano,
asegurándose una importante presencia en la temporada que arranca en octubre,
cuando más cerveza se vende en el país.
"Lo que está a la vista es que en un sector
donde prácticamente somos dos participantes, una tiene un trato y otra tiene
otro", se quejó Guinand, directora de Cervecería Polar. "Nosotros
tenemos una forma de hacer las cosas y Regional tiene la suya (...) la
respetamos".
(Editado por Carlos Serrano, Juana Casas y Pablo
Garibian)
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