El boxeo, un oasis de normalidad en la guerra que
desangra Siria
De Karam al-Masri |
AFP –
Bajo las luces de
neón de un sótano de la ciudad de Alepo, devastada por los enfrentamientos,
algunos jóvenes golpean sacos rojos de boxeo bajo la atenta mirada de un
antiguo campeón nacional, un oasis de normalidad en la guerra que desangra
Siria desde hace cinco años.
En el interior del
club de boxeo Chahba, el ritmo del sonido de los guantes golpeando el cuero de
los sacos casi silencia el ruido de los morteros y de las bombas que caen en el
este de la antigua capital económica de Siria.
"Vengo aquí
para entrenarme porque sueño con convertirme en un campeón de boxeo desde que
era muy pequeño", cuenta a la AFP Omar, un joven con el cabello marrón que
se inicia este deporte.
Cuando el centro
abrió, comencé a venir para cumplir mi sueño. Estos cuatro últimos años no
teníamos ninguna actividad deportiva, sólo la destrucción y los
bombardeos", añade.
La guerra que
desangra Siria desde hace cerca de cinco años ha provocado más de 260.000
muertos y ha empujado a millones de personas a abandonar su hogar.
Más de dos millones
de niños han dejado de ir a la escuela y un colegio de cada cuatro ha sido
destruido por los combates, según Naciones Unidas.
Alepo, segunda
ciudad del país, sufre desde 2012 violentos combates entre las fuerzas
favorables al régimen de Bashar al Asad que controlan los barrios del oeste y
los rebeldes, que mandan en la zona este.
Los combatientes de
la oposición disparan cohetes en el oeste de la ciudad mientras que las fuerzas
del régimen golpean el este con obuses y bombas aéreas.
En los barrios
controlados por la oposición al régimen de Asad, decenas de jóvenes reviven
gracias al club de boxeo Chahba, donde pueden entrenar gratuitamente.
"Debido a la guerra
en Siria y particularmente en la provincia de Alepo, las actividades deportivas
cesaron completamente, incluido el boxeo", explica Chaaban Kattan,
fundador del club de boxeo.
Kattan, de 31 años,
comenzó en el boxeo profesional en 1994. Un año más tarde se convirtió en
campeón nacional de Siria y empezó a ganar numerosas medallas de oro en
competiciones continentales.
- FUTUROS CAMPEONES
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Silueta esbelta y
cabello corto, el antiguo boxeador atraviesa cada día las calles en ruinas de
Alepo para ir desde su modesto domicilio lleno de trofeos al club que ha
montado en un sótano.
Con su amigo Ahmad
Mechallah, abrieron el recinto en el verano boreal de 2015, alquilando un
almacén subterráneo que han equipado con material comprado a un gimnasio que
cerró sus puertas.
"Abrimos el
club Chahba para recuperar nuestro nivel y participar en competiciones
regionales y asiáticas", explica.
Esta tarde una
decena de adolescentes con equipos deportivos hacen flexiones en el ring antes
de que Kattan distribuya los guantes.
A partir de entonces
encadenan directos, ganchos y uppercuts. Luego Kattan evalúa sus golpes.
Regularmente estos
jóvenes participan en torneos locales que organiza el propio club.
En uno de ellos
Kattan y Mechallah reunieron participantes de Alepo, pero también de otras
regiones como Idleb, Homs y Raqa, una zona en manos del grupo yihadista Estado
Islámico (EI).
Ahora el club espera
organizar otros torneos de este tipo, aunque el avance de las fuerzas del
régimen en la provincia de Alepo y la intensificación de las bombas de la
aviación rusa pueden poner en dificultades al club de boxeo.
A pesar de esta
situación, los dos boxeadores continúan formando a los jóvenes.
"Algunos chicos
tienen el potencial para convertirse en futuros campeones", señala con una
tímida sonrisa Mechallah.
Todos guardan la
esperanza de que un día finalice la pesadilla y pueden competir fuera de Siria.
Shaaban Kattan (d) supervisa a jóvenes
boxeadores durante un entrenamiento en Alepo
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