jueves, 19 de mayo de 2016

El Sevilla y la mística de la Europa League



El Sevilla y la mística de la Europa League
De Alfonso Duro | Desde la redacción
Dentro de 60 años, la juventud recordará al Sevilla de las Europa Leagues como ahora se recuerda al Real Madrid de las Copas de Europa. Un equipo mágico, de leyenda, que tumbaba rivales por calidad, sí, pero sobre todo por esa mística personal que se ha creado en un trofeo que ha nacido con ellos y que amenaza a seguir teniéndoles como grandes protagonistas siempre y cuando el club siga haciendo las cosas de la manera que lleva ya más de una década haciéndolas.

Porque el Sevilla tiene un proyecto y es manejado por personas cuerdas. No tienen el mayor caché de Europa ni el mayor presupuesto, pero es un club que atrae a grandes estrellas, sean jóvenes en la rampa de despegue (como Rakitic, Konplyanka o Vitolo), veteranos en busca de quemar su último cartucho en un lugar competitivo (Llorente, Reyes o Rami), o cracks en busca de la redención (Ever Banega o Gameiro).

Si además, de vez en cuando hacen un traspaso de época, y de esos llevan casi una docena en los últimos diez años, nos encontramos con un equipo que no admite fisuras, que se sostiene en solidos cimientos económicos y deportivos, y que podrá necesitar una capa de pintura allí o aquí, pero siempre mantiene su duende.

En Basilea, ante un Liverpool en remontada desde la llegada de Jurgen Klopp en invierno, los sevillistas demostraron que están hechos para ganar. Le dieron la vuelta al gol inicial de Sturridge de manera apabullante y demostraron que su conexión metafísica con la Europa League va más allá de estados de ánimo o físicos. Hubo algo de suerte también, pues el árbitro pudo pitar dos penaltis a favor del Liverpool por sendas manos dentro del área, pero eso también acaba siendo parte del juego.

Eso y calidad, porque el partido de Ever Banega fue de nuevo para enmarcar. El argentino se lo ha creído, finalmente, y ha explotado en el jugador total que siempre apuntó ser. Bajo la batuta de Emery, Banega ha sacado su mejor fútbol, pero ha aunado también un alto nivel de esfuerzo y dedicación que siempre habían sido su talón de aquiles.

CELEBRACIÓN SEVILLANA, UN TÍTULO MAS PARA EL CLUB ANDALUZ.
La temporada que viene, Banega escuchará seguramente los cantos de sirena que llegan desde Italia, donde Juve, Milán e Inter están locos por él, pero es difícil imaginar su carácter de genio incomprendido destacando en el Calcio.

Emery y Monchi encabezaran la enésima reconstrucción de la nave, como vienen haciendo cada verano, pero que nadie les haga de menos por ello. Los jugadores que han sido parte de la cara B este año darán un paso adelante y la secretaría técnica volverá a buscar bajo las piedras a jugadores que cumplan las condiciones necesarias para liderar al equipo.

No sería de extrañar que dentro de un año el Sevilla vuelva a plantarse en la final de la Europa League... siempre y cuando no consigan dar el paso definitivo en la Champions League, que también sería muy posible.

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